¿Qué hizo Custer durante su última posición? Posiblemente, las creencias populares son erróneas

En una tarde de verano el teniente coronel George A. Custer, líder de 210 soldados de la séptima caballería, descubrió su nueva misión. Su venganza contra la tribu de Sioux y Cheyenne, habitantes americanos de las Grandes Llanuras. Ese día marcó un antes y un después en la historia de leyendas de los Estados Unidos. Se llevó a cabo la Batalla de Little Bighorn: historia de un oficial de caballería acompañado de soldados que atravesaron grandes obstáculos.

¿Mito o realidad?

La visión sobre los hechos de Little Bighorn ha cambiado con el tiempo. ¿Cuánto de la historia es un mito y cuánto una realidad? Muchos ahora cuestionan a los soldados de caballería estadounidenses. ¿Fue Custer realmente un héroe o su liderazgo, ese día de junio, fue incompetente y cuestionable? ¿Los nativos americanos, de verdad, eran crueles y despiadados?

Dos preguntas

En 1876 las tribus de Cheyenne y Sioux se enfrentaron al ejército de EE.UU. Pero, ¿qué los motivó a tomar las armas en Little Bighorn? Y ¿hasta qué punto las disposiciones del Teniente Coronel Custer hicieron que su última resistencia fuera inevitablemente desastrosa? Encontrar estas respuestas, es otra forma de ver la también llamada Batalla de la Hierba Grasienta.

Último en la clase

¿Quién fue George Armstrong Custer? Nació en 1839 en New Rumley, Ohio y tras años de estudios, recibió un certificado de maestro mucho antes de graduarse. Sin embargo, en 1857 cambió el salón de clases por la Academia Militar de West Point. Ahora bien, fue un cadete con una trayectoria poco exitosa, pues se graduó en 1861 entre los últimos de su generación.

Guerra civil

Después, su camino se enderezó. El mismo año en que se graduó, no dudó en unirse al Ejército de la Unión para librar La Guerra Civil como oficial de caballería. Se destacó en varias contiendas, entre ellas en Gettysburg y en la Primera Batalla de Bull Run.

De segundo teniente a mayor general

Los resultados fueron inmejorables. Durante todo ese periodo, Custer pasó de ser un mero segundo teniente a mayor general, encargado de una división de caballería. En pocas palabras, ascendió a alturas impensadas. No obstante, una vez que terminó la guerra civil todo cambió drásticamente para él.

Las grandes llanuras

En 1865, con la culminación de la contienda, solo quedaba un gran enclave que los nativos americanos podían llamar propio: las Grandes Llanuras. En este sentido, el enemigo ya no era el Sur secesionista. El ejército de los EE. UU. ahora tenía que luchar contra los guerreros de las tribus que vivían en aquella tierra libre: los Sioux, los Cheyenne y otros.

La Gran Reserva Sioux

¿Y el Tratado de Fort Laramie, el cual declaraba que las Grandes Llanuras estaban reservadas para los Sioux como parte de la Gran Reserva? Si bien, en 1868 los nativos y el gobierno estadounidense firmaron este documento para declarar que Black Hills, en la actual Dakota del Sur y Wyoming, era tierra segura, todo resultó ser una farsa.

Oro

Las autoridades de la nación decidieron incumplir con los términos del pacto luego de descubrir que el oro abundaba en las colinas. De hecho, en 1874, el propio Custer dirigió una expedición para confirmar el hallazgo. De esta forma, el tratado duró menos de una década.

Reservas gubernamentales aprobadas

La principal medida que tomaron fue obligar a los Sioux y a otras personas a mudarse a reservas aprobadas por el gobierno. ¿Y si se negaban? Serían automáticamente considerados como individuos hostiles. Con esto en mente, ¿quién crees que se encargó del proceso? Sí, Custer, quien ostentaba el grado de teniente coronel y el mando del Regimiento de Caballería 7.

Corte marcial

Claro que esta no era el primer contacto que había tenido con los ocupantes. En 1866, participó en una expedición al oeste de Kansas para intimidar a los indígenas con una demostración de fuerza del Ejército de los EE. UU. ¿Resultados? Abandonó su puesto por circunstancias turbias y tras un consejo de guerra, fue suspendido de su mando del 7º de Caballería.

Tetera negra

Afortunadamente, los servicios de Custer en su mandato antes de ser suspendido rindieron frutos, ya que resultaron ser indispensables para el ejército de Estados Unidos. En 1866, Custer guió a su batallón a un enfrentamiento en las orillas del río Washita. En el que murieron aproximadamente 100 personas y el capitán Black Kettle.

Partida de Black Hills

Tras la victoria en la aldea de Black Hills, Custer fue descrito por el ejército americano como uno de los mejores guerreros. En 1876, por orden del gobierno, se le ordenó a Custer que trasladara a los Cheyenne y Sioux a nuevas reservas aprobadas a las afueras de Black Hills. Con esto daría fin a una de sus misiones.

Toro Sentado

Disgustados con la reubicación forzosa, las tribus Cheyenne y Sioux se unieron para revocar esta supuesta política. Este movimiento fue dirigido por el cacique Toro Sentado, jefe de los Sioux y ahora líder de la resistencia al gobierno de EE. UU. Muchas personas que vivían en las nuevas reservas se devolvieron. Incluso, recibieron apoyo de los Crazy Horse.

Muestra de desafío

Las tribus Sioux y Cheyenne que decidieron quedarse en Black Hills, construyeron un campamento en el Sur de Montana. El gobierno al ver la muestra de desafío, ordenó una operación militar para derrotar a los habitantes del refugio.

Una enorme operación militar

Desde los cuatro puntos cardinales, marcharía la operación militar contra la resistencia. Desde el oeste se avecinaba la caballería de Custer que dirigía el General Alfred H. Terry, que sería el componente principal. En 1876 desde Ford Abraham Lincoln se aproximaba la otra columna de Custer.

Ataque al amanecer

Ahora, su primera tarea era encontrar a Toro Sentado y a sus seguidores. Custer planificó una gran estrategia con la ayuda de sus exploradores Crow y Arikara. Pretendía vigilar el campamento de los Sioux y los Cheyenne durante la noche para atacar al día siguiente. Quería hacerlo dentro de los tres días posteriores a su partida de Fort Abraham Lincoln.

Un gran error táctico

Pero, al darse cuenta de que sus adversarios detectaron a su tropa, tuvo que cambiar el plan. No pospuso la acción, la adelantó para esa misma tarde. Para ello, dividió en cuatro elementos a su caballería de 600 efectivos. Mientras que uno se encargaría de proteger el equipaje del regimiento, los otros atacarían. Según los historiadores militares, este fue un gran error táctico. 

Plan de batalla

El plan requería que los grupos se separaran a tal punto de que no iban a poder apoyarse si algo salía mal. Además, cada unidad era relativamente débil en número. Veamos: la idea era que un elemento lanzara un ataque frontal contra la aldea; el segundo, entraría por el sur para impedir que huyeran; y, el tercero, bajo el comando de Custer, atacaría desde el norte.

Inteligencia defectuosa

Al menos hay una excusa para entender la decisión del teniente: inteligencia defectuosa. El servicio de inteligencia del Ejército, le dijo que los Sioux y Cheyenne tenían al menos unos 800 guerreros activos. La verdad era otra: eran entre 1.500 y 2.000, algunos de ellos armados con rifles de repetición modernos.

Forzado a retirarse

El ataque frontal estaba dirigido por Marcus Reno con 125 efectivos. Recorrieron el río Little Bighorn hacia el extremo sur del asentamiento y fueron los primeros en hacer contacto con los hombres de Toro Sentado. Aunque los tomaron por sorpresa, la capacidad de respuesta de los ocupantes fue óptima y montaron un enérgico contraataque a caballo que los obligó a retirarse.

Batallón del Capitán Benteen

En un principio, retrocedieron hasta la orilla del río. Luego, se vieron en la necesidad de llegar a un terreno más alto. Aun así, las bajas fueron numerosas. Mientras tanto, el capitán Benteen y su batallón buscaban los guerreros que escapaban hacia el sur. No encontraron a ninguno. En cambio, se toparon con sus compañeros en apuros, en la cresta junto al río.

Sean rápidos

Hay algo peculiar: antes de todo esto, Custer envió una nota a Benteen que decía: “Vamos. Pueblo grande. Sean rápidos. Traigan los paquetes”. Esto último hacía referencia al equipaje que llevaban los animales de carga, entre ellos las municiones. A pesar de esto, el capitán decidió quedarse y, por ende, la situación del jefe empeoró en su posición.

Sin supervivientes

Estaba más allá del río, donde llegaron los combatientes que se enfrentaron a los hombres de Reno y Benteen. De ahí que Custer y sus soldados quedaran expuestos. ¿Qué sucedió exactamente? No está del todo claro, básicamente porque todos los miembros de su batallón murieron en manos de los guerreros Cheyenne y Sioux.

Cresta de batalla

¿Qué se sabe? Después de enviar la nota, atravesó junto a sus hombres un terreno elevado sobre el río y llegó al pueblo Medicine Tail Coulee. Combatieron y por razones desconocidas, se tuvieron que retirar, moviéndose hacia el norte a lo largo de lo que ahora se conoce como Battle Ridge. ¿Destino? Una posición llamada Calhoun Hill.

Posición final

Ahí, aunque los 210 hombres de Custer se dividieron en cinco compañías para atacar, no sabían lo qué les esperaba. Los guerreros de Toro estaban mejor armados. Tenían rifles de repetición Winchester y ellos contaban solo con revólveres Colt .45 y rifles de un solo tiro. Fueron exterminados en diferentes lugares y solo 40 soldados hicieron su resistencia final.

Rodeados

Estos últimos supervivientes del 7.º de Caballería murieron rodeados por cientos de nativos Sioux y Cheyenne. ¿El lugar exacto? Un pico que ahora se conoce como Last Stand Hill, donde ahora los honran con un monumento de piedra. Custer, su hermano y su sobrino tampoco se salvaron.

Un sombrío descubrimiento

Dos días después, el soldado Henry Rice los encontró. Inmediatamente, levantó un informe para el general Terry, quien estaba a cargo de una de las tres fuerzas principales del Ejército de EE. UU. desplegadas en Black Hills. Evidentemente, para ese entonces, los ocupantes estaban muy lejos del lugar de la masacre.

Acusaciones

¿Qué sucedió con Reno y Benteen? Resistieron la arremetida de sus oponentes. Ambos se enteraron del destino de Custer solo cuando los guerreros se retiraron con la avanzada de Terry. Sin embargo, los años siguientes no fueron los más tranquilos para ellos. Los sometieron a un severo escrutinio por no cumplir con su deber, al no ir a auxiliar al Teniente.

Una gran victoria

Sin duda, esta fue una gran victoria para los Sioux y Cheyenne. El plan del gobierno fue frustrado y pudieron seguir en sus tierras gracias a una resistencia que duró algunos meses más. No obstante, la algarabía duró poco. La inevitable reacción violenta de la opinión pública estadounidense y la indignación del ejército sentenció la estabilidad de cada tribu.

Fuerza abrumadora

Una fuerza militar abrumadora acabó con los nativos americanos en un año. Los guerreros y su familia tuvieron que rendirse y aceptar las condiciones de las autoridades. Por ejemplo, renunciaron a sus tierras en Black Hills sin compensación y aceptaron un lugar en las reservas. De este modo, sus días en las Grandes Llanuras terminaron para siempre.

Toro Sentado y Caballo Loco

¿Qué hay de los líderes? En la primavera de 1877, Caballo Loco se rindió y los encarcelaron en Fort Robinson en Nebraska, donde murió bayonetado por un soldado después de discutir. Por su parte, Toro Sentado logró huir a Canadá y en 1881 regresó a su país. Vivió en la reserva de Standing Rock y en 1890, un oficial de la ley lo mató en una pelea.

Un héroe americano

Finalmente, Custer se convirtió en un héroe. Nadie evaluó lo que pasó, a pesar de que aquella masacre probablemente era evitable. ¿Fue el culpable de todo? Algunos dicen que su carácter fue determinante. El sitio web Sky History señala que su personalidad era producto de una potente combinación inusual de valentía, confianza y descaro.

Arrogancia

También, indican que por su arrogancia decidió no cumplir el plan de batalla original, lo que llevó a sus hombres a una muerte segura. Aun así, lo excusaron de sus decisiones. ¿Pensó que llegarían refuerzos? Si bien, esta es una opción, su batallón terminó enfrentando una embestida irreversible que desembocó en una desafortunada masacre.

Libbie Custer

Ahora bien, ¿por qué todo quedó hasta ahí? ¿Nadie levantó su voz en contra del teniente? Elizabeth “Libbie” Bacon se encargó de proteger y promover la reputación de Custer después de su muerte. Ella era su esposa desde 1864, así que estaba decidida a retratarlo como un héroe, pues se sacrificó por su país.

Un problema que había que solucionar

Por supuesto que no era la única con este objetivo. Custer contaba con otros admiradores por sus logros en la Guerra Civil. Además, a diferencia de lo que hoy piensan de ellos, los nativos americanos tenían muchos detractores. Sin embargo, aunque el teniente hizo lo que militarmente estaba a su alcance, muchos consideran que su posición contra los ocupantes era injustificada.

Cambio de actitud

A última hora, Libbie no alcanzó a cuidar a Custer del cambio de actitud hacía los americanos y más a finales del siglo XX. Muchas personas cuestionaron el modo en el que trataron a las tribus. Comentaban lo injusto que fue el gobierno de Estados Unidos con ellos.

Poca moralidad

Existía un tratado que permitía a los pueblos indígenas habitar Black Hills. Esto demostraba lo poco legal de las actitudes del ejército estadounidense, ya que incumplieron el convenio acordado con los Sioux. Causando un descontento en las personas de las Grandes Llanuras en base al trato que recibían. Tiempo después, la reputación de Custer se fue manchando debido a sus acciones.

Su reputación de valiente se caía a pedazos

Los libros y películas retrataban a Custer como un héroe. En la película de 1941 Errol Flynn interpretó a Custer como un guerrero noble, con mucho coraje y gran determinación. Pero a medida que avanzaban los años, su reputación fue haciéndose añicos.

Pequeño gran hombre

En el año de 1964 surgió un desviación en la imagen de Custer. Se publicó una novela "Little Big Men" escrita por Thomas Berger y su mensaje fue aún más marcado en la película de 1970 tomando de inspiración su libro. En una nota publicada por la página web de History.net, se describió a Custer “como un lunático delirante genocida”. Aún así, es considerado uno de los hombres más importantes de EE.UU.