41 ideas creativas de cocina que economizan tiempo y dinero

No tienes que comprar una máquina espresso para tomar tu café espumoso en casa. Lo único que necesitas es colocar la leche en un frasco pequeño hasta la mitad, y agitarlo enérgicamente para obtener la espuma. Luego, le quitas la tapa, lo metes en el microondas durante 30 segundos y listo.

Con este sencillo truco tus cubitos de hielo nunca más se verán turbios. Basta con hervir el agua para eliminar el aire y los residuos de minerales que los hacen ver así. Repite el procedimiento dos veces y cuando los congeles lucirán totalmente transparentes.

Si te provoca comerte un helado, pero te preocupa engordar, prueba con uno de yogur. Contiene menos calorías y hacerlo es tan fácil como insertar una paleta en el lácteo y congelarlo por dos horas. De ese modo, disfrutas de una merienda saludable y refrescante.

Reponer el jabón líquido en el dispensador es un fastidio. Para no tener que volver a hacerlo, aplica esta ingeniosa idea de cocina. Todo lo que necesitas es ajustar un tubo en la bomba del contenedor rellenable y presionar hacia abajo a través de la botella hacia un envase de mayor tamaño. 

Una de las cosas de cocina a las que muchos le huyen es tener que limpiar las mangas pasteleras. Para evitar que se ensucien, envuelve bien el glaseado en un plástico. Colócalo en el utensilio en forma de cono, corta los extremos y cúbrelo con hielo. Luego, retira el sobrante aún envuelto sin manchar.

Nada más fácil y romántico que un desayuno con huevos en forma de corazón. Después de hervirlos y retirar la cáscara, colócalos en un cartón o papel doblado. Ponle encima un palillo asegurado con un par de ligas. Espera diez minutos mientras reposan y, posteriormente, córtalos en dos. Sorprenderás a tu pareja con esta rica y atractiva receta.

Los utensilios pequeños de cocina se deslizan fácilmente por el carril del lavavajillas. Si temes que te ocurra y se estropee la máquina, he aquí la solución. Colócalos   dentro de una bolsa de lavandería, así se lavarán juntos sin ningún peligro y no tendrás que hacerlo a mano.

¿No sabes dónde colocar las recetas o libros de cocina? La encimera no es el mejor lugar, ya que se llenan de grasa y restan espacio. Una buena opción es ubicarlos en las puertas de los gabinetes con un colgador. Podrás verlos cuando quieras y se acabarán tus problemas.

Para conservar los aguacates más tiempo guárdalos con una cebolla fresca de cualquier color. Aunque es posible que altere un poco el sabor, sobre todo si usas la amarilla que es más fuerte, evitará que se maduren demasiado rápido.

La superficie debajo del fregadero se utiliza a menudo para guardar artículos de limpieza. Pero a veces hay tantas cosas almacenadas allí que da miedo abrir la puerta del armario. Si eres de las personas que acostumbran hacerlo, hay una forma sencilla de organizar ese desastre. Coloca una barra de tensión en el interior para colgar los envases de spray.

El corcho es un material bastante útil, el cual sirve para organizar muchas cosas en la cocina. Por ejemplo, recetas, cucharas y otros utensilios. Coloca un tablero dentro del armario y de ese modo ahorrarás espacio.

El azúcar morena tiende a ponerse como una piedra cuando no se usa. Si no haces algo para evitarlo, cuando quieras hornear un pastel te costará ablandarla. Una forma de mantenerla húmeda es usando un ahorrador de terracota. Lo sumerges en agua, secas y luego lo introduces en un recipiente hermético junto con el azúcar.

Las moscas y demás insectos sobrevolando las bebidas, arruinan el placer de tomar algo refrescante al aire libre en verano. Por fortuna, esto  tiene solución. Cubre los vasos con una caja de cupcakes e introduce un sorbete para poder disfrutar del contenido.

Seguramente, alguna vez has puesto a hervir agua y te das cuenta que es mucha cuando empiezan a subir las burbujas. Para evitar que el exceso de líquido te queme accidentalmente, coloca una cuchara de madera encima de la olla o sartén.

Quitar la cáscara del huevo después de cocido no siempre es fácil. Para que no se quede pegada y rompas la parte blanca, agrega una cucharada de bicarbonato de sodio al agua  donde lo vas a hervir. Verás lo rápido que se desprende y ahorrarás tiempo tratando de hacerlo bien.

Las comidas encebolladas son muy sabrosas, pero la preparación de estas hortalizas no es tan agradable. La razón es que te hacen llorar. Este truco evitará que tus ojos sufran al momento de cortarlas. Simplemente, mételas en el congelador unos minutos. Si se te dificulta picarlas congeladas, guárdalas ya cortadas.

Dejar como nuevo un sartén de hierro fundido no se logra pasando esponja con agua y jabón. Para eliminar la suciedad y manchas difíciles, lo mejor es frotarlo con pasta de sal y un cepillo de cerdas duras.

En ocasiones, se nos pasa la mano con el aceite al  preparar una comida, como por ejemplo una salsa o sopa. Si observas que está muy aceitosa, coloca un trozo de hielo. El frío atrae la grasa y permite  quitar el exceso con una cuchara. Solo tienes que hacerlo antes de que se derrita.

Estirar las envolturas de plástico para guardar algún alimento resulta muchas veces una tortura. El material tiende a pegarse y desperdicias casi todo el rollo tratando de lograrlo. La solución es congelarlo. El frío evita la adherencia y permite que lo desenrrolles y cortes con facilidad.

Si acostumbras guardar en la nevera las frutas cítricas, seguramente cuando las exprimes no sale mucho jugo. El frío las conserva más tiempo, pero también las reseca. Para obtener mayor cantidad de líquido, colócalas de 15 a 20 segundos en el microondas antes de exprimirlas.

Hay olores fuertes que se quedan impregnados en las manos. Aunque te laves varias veces con agua y jabón no desaparecen. Un truco útil es enjuagar los guantes con jugo de limón. Sobre todo, si lo que has estado cocinando es pescado o algo picante.

Durante la preparación de las verduras siempre quedan sobras. Ya sean tallos, conchas o trozos cortados demás. En lugar de botar esos restos, úsalos para hacer caldos. Sirven como base para salsas, guisos y sopas. Además, se conservan hasta por una semana o más en el congelador si lo guardan en un recipiente hermético.

Una forma inteligente de congelar el caldo es colocándolo en un molde de cubitos de hielo. Eso te permite utilizar la porción exacta en el momento necesario. Una vez que se formen, puedes transferirlos a una bolsa hermética para recuperar la bandeja.

Es probable que por ahorrar dinero tengas que comprar carne barata. Esos cortes son generalmente más duros. Una manera de hacer que se sienta tierna es cociéndose a fuego lento. Colócalos en la olla por unas horas y notarás la diferencia.

Conservar los restos es una buena alternativa para conseguir más alimentos. Las semillas y tallos de algunos vegetales y frutas vuelven a brotar si los siembras. Entre los cultivables se encuentran, por ejemplo, las cebollas verdes, el ajo, la zanahoria y el repollo.

En vez de pagar por un frasco entero de especias sin saber si te gusta, compra la cantidad que desees en la sección del supermercado que vende a granel. De ese modo, tendrás más sabores en tu cocina y en la medida exacta, sin gastar demás.

Una buena opción para preparar platos con verduras picadas, es comprar los ingredientes ya preparados en la barra de ensaladas. Sirven para muchas cosas, como para elaborar sándwiches y pizzas caseras. Al comprar lo justo, ahorras no solamente dinero sino tiempo.

A veces se botan ingredientes antes de que se acaben por completo, porque es difícil sacarlos del envase. En casa, hay numerosas herramientas que sirven para sacarle el máximo provecho a los tubos. Por ejemplo, pinzas para la ropa o clips metálicos resistentes con los cuales puedes exprimirlos. Otra alternativa es aplanarlos con un frasco pesado para sacar la totalidad del contenido.

Un remedio eficaz para evitar que la miel se cristalice antes de llegar al fondo del tarro, es aplicando un poco de calor. Cualquiera de estas opciones es buena: Colocarlo unos minutos en el horno o en agua tibia. Eso hace que los cristales se disuelvan y retome la contextura normal.

Hay objetos desechables que duran más tiempo con solo cuidarlos. Por ejemplo, los paños de cocina, las bolsas plásticas y las esponjas. Lo que se necesita para alargar su vida útil es mantenerlos limpios. Obviamente, si metes las bolsas en la lavadora se dañan, pero las puedes lavar a mano.

Las bolsas que vienen dentro de la caja de cereal son útiles para almacenar comidas en el congelador. Dado que el material es encerado, permite mantener las pechugas de pollo o carnes de hamburguesas separadas, al igual que las sobras sueltas. Además, al reciclarlas evitas gastar dinero en compras de envoltorios.

Las papas se oxidan rápidamente al pelarlas. Por eso, cuando las dejas un rato sin cocinar tienden a oscurecerse. Si no quieres que se pongan negras, sumergelas en un recipiente con agua fría y se mantendrán frescas.

Comprar los plátanos verdes para que duren más tiempo es una buena forma de economizar. Pero para que no se maduren rápido es necesario cubrir con una envoltura plástica el extremo del racimo. De ese modo, evitas que el etileno que emite el tallo acelere el proceso y tendrás fruta para rato.

Desde luego, hay ocasiones en que deseas que las frutas maduren rápido. Mete el plátano verde o el durazno en una bolsa de papel para poder comerlos en un periodo de tiempo más corto. La concentración del gas que emiten naturalmente agiliza su maduración.

Un truco increíble para evitar que le caigan contaminantes a la comida es cubrirla con un gorro de ducha. Estos accesorios sirven de tapa y son más efectivos que el papel de aluminio o las envolturas plásticas. Entre otras cosas, porque se estiran con facilidad y son reutilizables, lo que significa un ahorro considerable.

El secreto para pelar más rápido el ajo, es ponerlo sobre una superficie plana y golpearlo con el costado del cuchillo. Eso hace que se despegue la concha y puedas retirarla fácilmente. Este sencillo procedimiento te ahorra mucho tiempo.

Para quitarle el corazón a las fresas basta con utilizar un pajita . Sostén la fruta por el centro e introduce el pequeño tubo plástico por la parte inferior. Empuja hasta llegar arriba. Luego, presiona para que salga.

El queso semiblando es difícil de rallar porque se desmorona. Para que esto no te pase y tu cocina se vuelva un desastre, mételo un rato en el congelador. Un enfriamiento aproximado de 30 minutos es suficiente para rallarlo sin dificultad.

Cuando te cueste abrir un frasco, ponle alrededor de la tapa una banda elástica. Eso proporciona presión adicional y evita que te maltrates las manos intentando destaparlo. Si además, lo cubres con un paño de cocina, generas más tracción.

Preparar una carne hamburguesa jugosa no es tan sencillo. Si no sabes hacerlo, es posible que se pase de cocción y quede demasiado seca.  Para asarla sin que pierda la humedad, coloca encima un pedazo de hielo. El agua que suelta al derretirse la humedece y mantiene el sabor.

El microondas te saca muchas veces de apuros, pero también reseca ciertas comidas cuando las recalientas. Por ejemplo, las pizzas. Para que no pierda la salsa pon dentro un pequeño recipiente con agua.